DIOS Y EL ZAPATERO
Cansado de las quejas y los ruegos lastimeros del
zapatero, Dios tomó la forma de un mendigo y se dirigió al pueblo. Buscó la tienda
del zapatero y le dijo: -Buenas tardes, Dios te bendice. He venido a ti porque
dicen que eres muy bueno en tu trabajo. Éstas son mis únicas sandalias y están
rotas. Mis pies me duelen y se están lastimando. Si tú las arreglas, me harías
un gran favor.
El zapatero le dijo: -Estoy cansado de que todos
vengan a pedir y nadie a dar.
El Señor replicó: -Tú crees que soy un simple
mendigo, pero en realidad puedo darte lo que tú necesitas.
El zapatero lo miró fijamente y se asombró al
descubrir un halo de luz que rodeaba a aquel mendigo y unos ojos cristalinos
como jamás había visto. Con asombro e intriga le preguntó: -¿Tú podrías darme
el millón de dólares que necesito para ser feliz?
El Señor le contestó: -Yo podría conseguirte cinco veces
más que eso, pero a cambio de algo.
-¿A cambió de qué?-, preguntó el zapatero.
-A cambio de tus piernas.
El zapatero le dijo: -¿Para qué quiero 5 millones de
dólares si no podría caminar?
El Señor continuó: -Entonces puedo conseguirte 10
millones a cambio de tus brazos y tus manos.
El lo pensó y rápidamente respondió: -¿Para qué
quiero 10 millones de dólares si ni siquiera podría comer ni tomar las cosas por
mi propia cuenta?
-Bueno, puedo conseguirte 20 millones a cambio de
tus oídos y tu nariz.
El zapatero se sintió tentado por tal cantidad de
dinero, pero luego de pensarlo unos segundos respondió: -¿Para qué quiero todo
ese dinero si no podré escuchar a los demás ni la música que me alegra?
El Señor hizo una pausa, lo miró fijamente y le
dijo: -Muy bien, te haré la última oferta, tú decides si la tomas o la dejas.
Te puedo conseguir 50 millones a cambio de tus ojos.
El zapatero nunca se había imaginado tener tal
cantidad de dinero. Sabía que esta oferta no se le presentaría de nuevo en su
vida. Y después de reflexionar con detenimiento, le contestó: -¿Para qué quiero
50 millones de dólares si no voy a poder ver a mi mujer, a mis hijos, a mis
amigos, las flores, los árboles, los animales, los ríos, el mar, los
atardeceres y todo lo que me rodea? Lo siento pero no acepto la oferta.
Con una sonrisa en el rostro, el Señor concluyó: -Ay,
hijo, qué gran fortuna tienes. ¡Por fin te das cuenta de ella!
Adaptación de un cuento relatado por Facundo Cabral.
Y ¿De qué se compone tu fortuna?
¡COMPÁRTELO! 👍
¿CONOCES LOS BENEFICIOS DEL MINDFULNESS?
Te invito a visitar:
- -
Puedes recibir un capítulo sobre el Maestro Espiritual que desees, gratuitamente:¡HAZ CLIC AQUÍ!
Accede a más cuentos, reflexiones, biografías, videos, canciones y meditaciones en el libro “7 MAESTROS ESPIRITUALES: Inspiración y guía para tu vida”. HAZ CLIC AQUÍ… Encuentra acá más información sobre el Libro
SUSCRÍBETE AL BLOG Y RECIBIRÁS LOS NUEVOS CUENTOS
Si estás en tu celular, haz clic abajo en la opción “Ver la versión web” y escribe tu correo electrónico.
¡¡SÍGUENOS EN TWITTER!!
Tus comentarios nos aportan a todos. Cuéntanos abajo qué opinas:
Lee más cuentos sobre Gratitud: HAZ CLIC ACÁ
No hay comentarios.:
Publicar un comentario